Empieza el año escolar en Teterimundi

Empieza el año escolar en Teterimundi

Ahora que septiembre está llegando a su fin, toca hablar de él. Llevo días queriendo escribir este post y, sin embargo, no he tenido 5 minutos seguidos de descanso para poder hacerlo.

Para mí, y seguramente para todos los que tenemos hijos, supone el comienzo natural del nuevo año. Cuando era pequeña recuerdo vivir estos días con una emoción especial. Volver al colegio, ver a tus amigos después del largo verano, estrenar mochila o heredar la de tus hermanos mayores, ir a comprar los libros y el material escolar a la papelería…pero supongo que entonces, mis padres se sentirían como yo me siento ahora, sobrepasada, estresada, impaciente, nerviosa, queriendo planificarlo todo, pretendiendo la perfección y utilizando todas las reservas de energía que mi cuerpo y mi mente tenían guardadas para este momento. Se puede decir que la emoción sigue existiendo, pero de otra manera.

Además llega el otoño, una época preciosa pero con muy mala reputación.  Los cambios se repiten año tras año y los conocemos de memoria, pero no dejan de ser bruscos. Las malas lenguas dicen que es un momento propicio para las depresiones. Y no me extraña. En casa, al menos, el desembolso económico es brutal, casi inaceptable. A mi perra y a mi gata y a mí, se nos empieza a caer el pelo. Me siento cansada, exhausta. De día tengo calor y por la noche muero de frío. Debo sacar edredones y abrigos y la pereza me puede cada vez que lo pienso. Y, por si fuera poco, empiezo una dieta para mayores de 45 con el firme propósito de alimentarme como dios manda.  La edad no perdona y en algún momento tienes que tomar conciencia de que realmente “eres lo que comes y bebes” , eso, y que debes empezar a usar alguna antiarrugas para pieles maduras. Como para no deprimirse.

Tienda de tés en Madrid

tomando té

El otro día, vino a la tienda una clienta que lleva años comprando su té en Teterimundi. Yo me sentía especialmente vulnerable. Era lunes, además, y los problemas de casa se unían a la  larga lista de cosas pendientes de Tea Time.  Hablamos, de todo, como solemos hacer, ella, yo y una amiga que tiene un bebé y a menudo pasa a verme aprovechando su excedencia laboral. El caso es que la conversación me hizo expresar en voz alta mi malestar. Pilar, esta maravillosa clienta, dijo algo que me hizo replantearme mis prioridades. Los hijos son importantes y buscamos constantemente su bienestar, es natural, es lo lógico, pero, ¿y el nuestro?, ¿quién se ocupa de que nosotros estemos bien para que la maquinaria siga funcionando? Y me dio el ejemplo clarísimo de que esta afirmación es el único mandamiento que deberíamos cumplir a rajatabla. Cuando tomas un avión y te dan las instrucciones de seguridad  del vuelo, esas que ya no escuchamos, así somos, hay una específica relativa a las mascarillas de oxígeno. En caso de necesidad, póngasela usted primero.  El instinto nos diría que primero van tus hijos, si viajas con ellos, pero la realidad es bien distinta: si tú no te pones a salvo, difícilmente podrás hacer algo para ayudar a los demás.

En este momento, a estas horas, en el antepenúltimo día de este mes tan odioso para mí, he dejado a los niños en el colegio, he desayunado tranquilamente mi delicioso té rojo Puerh Chai, fruta y tostadas (viva mi nueva dieta) y he terminado este post. El resto del día, me lo voy a pasar oxigenando mi mente y mi espíritu.

Autor entrada: Teterimundi

Deja un comentario